Es impotencia el saber que me cuesta tanto abrirles los ojos. Es impotencia saber que hay gente que ya no sueña. Es impotencia escuchar un “no puedo”. Es impotencia ver vidas vacías auto-convenciéndose de que están en el único camino que existe. Es impotencia que me cueste tanto transmitir mi energía. Es impotencia tener la certeza de que muchas personas no tienen objetivos por creerlos inalcanzables. Es impotencia oír un “es lo que hay”. Es impotencia esto que siento por aquellos que la conformidad los supera, que el miedo los paraliza, que la comodidad los frena. Es impotencia por ellos que siguen, que por inercia viven.

Es toda esa impotencia que me hace explotar la cabeza en noches como éstas. Pero es también la misma que me motiva a actuar, a luchar, a no rendirme, a superarme, a llegar. Es lo que me convence de que muy muchas veces es mejor demostrar más que intentar explicar. Es lo que me hace tener la convicción de que no tengo que dejar escapar nunca la niña que tengo adentro: ilusa (como creen algunos), queriendo hacer todo YA, sin obstáculos a simple vista, inquieta, molesta, soñadora. Es lo que me llena de fuerza para demostrarle a muchos que “llegarán cuando vayan, más allá del intento”.

Sí.Sí.Sí. Sigo feliz. Completamente feliz!! Por eso ya no escribo tanto. Empecé a leer más. A levantarme más temprano. A hacer cosas productivas durante TODO el día. A usar mi agenda. A trabajar de lunes a lunes. A programar viajes. A tomar clases de padel. Empecé a disfrutar realmente la vida y creo que es una buena razón para ser feliz.

Porque en mi último viaje me di cuenta que disfrutar la vida era sólo cuestión de decisión. Entendí que la actitud y el positivismo ante todo hace que las cosas cambien. Aprendí que mi pasado no es mi futuro. Me enseñaron a reirme hasta de lo más absurdo. Recién después de 22 años, pude ver que para cumplir mi sueño de vida (tu máximo “porqué”), lo único que tenía que hacer era proponerme a cumplirlo y empezar a transitar el camino hacia él.

“Feed your dream everyday” R.G

Leí alguna vez que a nadie le interesa lo que pueda decir una persona feliz y por momentos hasta me lo creo. Es cierto que es divertido leer las puteadas y la cantidad de insultos que alguien puede escribir en un mal día, pero también es verdad que es lindo sentirse identificada cuando alguna “cabecita de novia” escribe cosas extremadamente novelescas.
Cuando leo algo así como “hacía mucho tiempo que no estaba así de contenta” o “happily ever after” me da un poco de nausas y al mismo tiempo sonrío. Sonrío porque a mí también me pasa. Sonrío porque me leo a mí misma. Sonrío porque ando un poco estúpida cuando estoy así de enamorada.
Sinceramente nunca me caracterice por ser una persona SUPER demostrativa, pero tampoco creo merecer un “vos no sabes lo que es llorar” como me dijeron. Soy tímida y hasta decir “te quiero” me avergüenza. Está mal, lo sé; por eso ahora quería gritarle al mundo lo feliz que soy. Lo bien que me hace sentirme querida por la persona que yo también quiero. Lo contenta que me pone saber que ya no soy sola, sino que somos dos. Lo que me gusta decir “te extraño” cuando sé que es por poquito tiempo. Lo alegre que me pone verlo sonreír y que juntos nos tentemos sin motivo.
Creo que todos tenemos días de color rosa y esos son los momentos en que deberíamos transmitir la estupidez que nos invade. La tranquilidad que nos guía. La felicidad que nos llena. El amor que nos une.

Creo que uno odia tanto hacer trámites porque nunca se sabe si vas a hacer dos horas de cola para que al llegar a ventanilla justo te falte ese papelito o te hayas olvidado algún documento o simplemente la persona que atiende esté cansada, por lo que seguro también va a estar de mal humor; y el trámite no se termina.

Hacer este tipo de tareas implica juntar toda la documentación necesaria los días anteriores, averiguar qué hay que pagar, donde, cuando y cómo, levantarse a las 5 / 6 ó 7 de la mañana (cuando seguramente llueve o hace 10 grados bajo cero) o hasta viajar, generalmente, a Buenos Aires.

Yo, y no creo ser la única, DETESTO hacer cualquier tipo de trámite (visa, pasaporte, documento, carnet de conducir, cédula, banco, multas…) porque no sólo TODOS ellos son 40mil veces más lentos de lo que deberían ser sino que muy pocas veces estoy de humor a esas horas de la mañana parada en una fila donde sé que pasaré las próximas dos horas.

Así y todo, qué bien se siente cuando después de haber juntado la documentación, haber pagado todo lo correspondiente, haber viajado a Buenos Aires, hecho la cola, pasado la seguridad… terminas exitosamente el trámite con la VISA en mano!!!!

Next stop: LA - VEGAS

Uno se cansa de esperar. De luchar. De remar. Y el otro se cansa de aguantar. De pelear. De remediar. Es allí cuando desgasta la paciencia. Las actitudes. Las mentiras. Las caricias con culpa. Las miradas perdidas. Las palabras vacías.

Uno se cansa de lidiar. De soportar. De contener. De mantener. Y ya llega tal punto que ni siquiera piensa en el otro. No es por falta de interés, sino por amor propio. Por un dejar de disimular. De pensar. De soñar.

Uno quiere dejar ese peso que soporta varias horas, varios días, varios meses. Uno quiere caminar sin carga, avanzar sin trabas, continuar sin molestia. Y cuando ese uno siente que no puede, ese otro desaparece. Intenta algunos minutos pero esas ganas se desvanecen por el frío muro de protección que parecer volver a levantarse. Esa sabia capa que parece intuir cuando hace falta. Cuando se necesita. Cuando se la solicita.

Uno se cansa de levantar. De sobrellevar. De resistir, pero por sobre todo, de sufrir.

Amor es compartir y respetar. Es sentirse vulnerable y supremo a la vez. Es levantarse con ganas y andar por la vida con una sonrisa. Amor no es sólo amar al otro, sino demostrárselo con actitudes. Amor no son celos, ni peleas. Amor no es mandar mensajes a cada segundo. Amor no son reproches, ni inseguridades. Amar no es temer, ni prohibir. Amar es equivocarse y remediar los errores. Amar es perdonar y entender. Amar es CREER.

Amar es sentirte niño y poder tener a veces caprichos. Amor es sentirte acompañada y tranquila. Amor es paz y diálogo. Amor es reírse sin sentido, andar distraída y olvidarse de comer. Amar no es reprochar, ni demandar. Amor es apostar, arriesgar y elegir. El amor no entiende de egoísmos. Amar es resolver problemas juntos. Amar es enloquecer pero en el buen sentido de la palabra. Es ver todo de un modo más simple. Es ser pesada, cargosa y colgada. Amar es dejar de lado UN POCO el orgullo y la terquedad. Es escuchar. Es ponerse en el lugar del otro siempre. Amar no es esperar, sino dar; pero por el simple hecho de querer dar. Amor no es inercia ni rutina. Amar no es competir, ni compararse. Amor es libertad. Es hacer cosas juntos y no. Son los abrazos sin palabras, son las habladas miradas.

Otra vez esa sensación de impotencia. De no encontrar el error y tener que resignar todo sin siquiera saber porqué. Sentir que hice las cosas bien, mas no valió la pena.

Como si las sonrisas hubieran sido falsas. Como si los besos no hubieran sido verdaderos. Como si los abrazos no los hubiera sentido. Como si las palabras se hubieran ido.

Me vuelvo a encontrar frente a la computadora con un millón de preguntas sin respuesta. Sigo con esa incertidumbre de no saber qué fue. Sin buscar culpables, quiero ahogarme en el olvido. Deseo dejar de sentir. Pretendo dejar de extrañar. Espero dejar de esperar.

En esos tiempos en que el timbre del recreo era el momento más esperado del día. En los que jugar al elástico, a las figuritas o al “viejito toca la es” eran una diversión única. En esos días en que no existían las responsabilidades y el mayor problema era hacer cola en el kiosco del cole. En los que usar el guardapolvos desprendido o salir primero del aula era toda una hazaña. Esos tiempos del torpedo a la salida o de las escondidas en el salón. En los que la tarea era hacer un dibujo y el oral era decir las provincias de Argentina. Esas eran las mañanas en que me levantaba con ganas de correr y las tardes en que no salía sin mi bici. Eran las épocas en que andar de la mano daba vergüenza y el estar de novia era el motivo justo para ser la cargada de todos.
Esos son los días en que noches como éstas extraño. Siento las ganas de retroceder 15 años sólo para escuchar una vez más el timbre del recreo; volver a ganar esa figurita, pasar el nivel más difícil del elástico y comerme ese torpedo de frutilla en el kiosco de en frente.

Sinceramente no sé si fue mala suerte, presión, mucha confianza, menosprecio o individualidad. No sé si fue la defensa. Si fue Messi o Diego. No sé si fueron los alemanes, el árbitro, la cancha o la pelota. No sé si fue el frío, el idioma, las vuvuzelas o el pulpo Paul.

Lo que sí sé es que el mundial para mí –y hasta me animo a decir para nosotros- terminó el sábado 3 de julio. El mismísimo día en que perdimos 4 a 0 contra Alemania y quedamos afuera de la Copa del mundo. Aún sabiendo que antes del primer partido ya nos veíamos campeones. Más allá de que corramos con la ventaja de tener al mejor jugador del año, de la Champion League y del mundo en nuestro equipo. Incluso teniendo también al número 9 y goleador del Real Madrid. Aunque la Copa América en 2011 se juegue en Argentina, al igual que en el ’87. Porque olvidándonos de las coincidencias y de los astros que supuestamente se habían alineado para que ganemos el mundial, estamos afuera. Un ‘afuera’ que sabe a tristeza, decepción, angustia, desilusión y hasta a bronca. Un ‘afuera’ que llegó más pronto de lo esperado, más rápido de lo pensado.

Creo que deberíamos quedarnos con que la Selección hizo hasta lo imposible en cada partido. Deberíamos saber que no es necesario ver llorar a los jugadores y al cuerpo técnico, para tener la certeza de que se sienten tan mal o peor que nosotros. Y si bien es un esfuerzo enorme tener que esperar 4 años más para volver a soñar con esa copa, nos consuela pensar que así es el deporte que más nos apasiona y más nos une. Nos fortalece creer que esto es el fútbol, aunque ahora no queramos aceptarlo.

Releyendo mails viejos encontré un poema de Pablo Neruda que me hizo pensar un largo rato. Entre conclusiones me di cuenta que sí, es verdad que muere lentamente el que hace o no hace todo eso. Pero también es verdad que muere de a poco el que se reprime asimismo y a los demás. El que extraña sin saber y el que, aún sabiéndolo, sigue extrañando. El que no logra ni deja soñar.
Muere de a poco el que no sólo no ayuda, sino que molesta. El que habla cuando debería callar o el que piensa cuando debería actuar.
Muere de a poco el que ríe sin dejar reír. El que enseña sin saber. El que simula sin ser.
Muere despacio el que no escucha. El que pregunta sabiendo la respuesta. El que desea en vano o el que, en vano, hace desear.
Muere despacio el que, sin siquiera tener motivos, controla. El que miente por el único y simple hecho de herir. El que duerme acompañado pero festeja soledades ajenas.

Yo, por lo pronto, voy de a poco y despacio pero me deja tranquila saber que vivo y dejo vivir a aquellos que sólo buscan competir.

Sentada completamente desganada, agarro el último papel y me propongo vomitar. Expulsar todo aquello que me pesa y me molesta. Decidida a devolver cada antojo insatisfecho, siento una respiración en mi oído derecho.
Me arranca lo que llevo y huele mi perfume. Sonrisas entendidas y avaladas caricias. Como salvándome de un suicidio, toma mi mano fuerte y rosa mi lado izquierdo como quien explora algo nuevo. Cuanto tiempo pareció. Días acompañadamente solos. Soledades compartidas con nadie.
Reaparecemos en esta ambiente cálidamente frío. En esta realidad cerradamente abierta, sin siquiera preguntarnos nada. Asentamos con un beso y concordamos con un abrazo. Nos actualizamos las mentiras y nos recordamos las verdades.
La noche ya pasó y el tiempo fue justo aunque te haya parecido poco. Hubiera elegido algo más de tres, pero escasamente me conformo. Inmediatamente me transformo. Al fin y al cabo me devolviste la cordura que había perdido por un ilógico deseo.

Porque no se como se hace. Porque no entiendo como debería. Porque no aguanto. Porque empiezo a sospechar que ni siquiera son segundos. Porque me derrota cada instante. Porque no encuentro una explicación. Porque tampoco hay motivos. Porque hasta creo que no quiero. Porque inconscientemente sí espero. Porque no me libro ni un momento. Porque me hiere todo esto.
Porque no paro de pensarte. Porque no dejo de soñarte. Porque no se como hacer para no imaginarte. Porque nunca te entendí y menos te entiendo. Porque pasaste a ser un capricho. Porque no te veo distinto.
Porque seguís apareciendo. Porque sigo buscando respuestas. Porque voy contigo a cuestas. Porque me mata la impaciencia. Porque sigo siendo la misma ingenua. Porque me ahogo yo sola en esta ilusión que me mantiene despierta.

Momento es algo que de tan corto se hace eterno.

Es frenar y pensar.

Es ponerse en el lugar del otro.

Es tristeza mantenida con amor.

Es sorpresa esperada.

Es sentimiento único.

Es deseo mentiroso e inservible.
Momentos son besos sin ganas.

Son abrazos sin compartir.

Son sonrisas inocentes.

Son caricias ignorantes.

Son mensajes infaltables.
Momento es esto y aquello.

Es soledad y compañía.

Es ilusión y mentiras.

Es corazón y simpatía.

Es capricho y egoísmo.
Momento es todo lo que tenga que ser

para poder terminar lo que nunca logró empezar.

Aparecí volando, tranquila. Nunca imaginé querer frenar en el medio del viaje. Me desencontré y terminé perdida. Venía bien. Dura, decidida, fuerte. Fue algo así como haber perdido el mapa. Miro alrededor y otra vez veía un increíble desorden. Justo cuando había elegido mi camino, cuando había guardado mi último papel, tuviste que aparecer.
Flotaba sin saber donde ni porque pero tampoco me interesaba descubrir demasiado. Me llevaban casi de la mano y de tan cómoda que estaba, había optado por ese estado ensimismado.
Volvieron largas noches de analizar situaciones. Reaparecieron los ruidos más molestos. Salieron las dudas que hacía muy poco había logrado olvidar. Nacieron suposiciones que jamás hubieran existido y canciones que jamás hubiera escuchado.
Nueva rutina de ilusos pensamientos. Segundos a salvo de eternos días. Mariposas que creí eran viejas. Manuscritos como en todo principio. Menú elaborado sin sabor a futuro.
Meses difusos, incompletos, imperfectos. Pequeño cuerpo de piel marcada por la guerra. Balas con plomo de desconfianza. Heridas de olvido. Soledad sin miedo. Imaginación perdida. Recuerdos de anhelos.
Batalla perdida por una distracción sin medidas. Finales únicos sin despedidas. Lunas llenas de encuentros con los mismos. Vida cara de caprichos malparidos

Quisiera conocer ese tren sin puertas ni ventanas. Viajar hasta el infinito sólo por unos minutos. Quisiera subir esa montaña eterna. Gritar desde la cima algo que nadie entendiera. Quisiera bajar hasta allá sin siquiera preguntar. Sólo buscando un eslabón más. Quisiera recordar únicamente esa parte. Olvidar cada instante de sonrisas.
Quisiera imaginar canciones sin baile. Danzas sin roces. Quisiera escribir sin oírte. Soñar sin despertarme. Quisiera recoger todas las piedras para dejar de tropezarme.

Al final fui diferente. Soy única. Soy lo que puedo ser y allá vos, acercándote. Acá yo, imaginándote. Al final fuiste distinto. Sos pendiente. Sos lo que elegís ser y allá yo, mirándote. Acá vos, abrazándome.
Yo sueño, vos pensas. Yo visto, vos simulas. Yo miro, vos imaginas. Yo siento, vos deseas. Yo dejo, sin jugar. Vos jugas, sin dejar.

¿Y si así fuera de verdad? ¿Si lograría sentirlo? ¿Si no fuera por un tiempo? ¿Si no miente? ¿Si soy yo? ¿Si le creo? ¿Si no existe conciencia? ¿Si no queda casi recuerdo? ¿Si sigo intentando? ¿Si sigo escuchando? ¿Si sigo tratando de aceptar y asimilar esto que parece cierto?

Es algo así como la continuación de un post viejo.. "Pocas veces encontré algo que explique tan claramente lo que sigue después de un adiós".

"La mayor parte de las canciones de amor están llenas de mentiras, pero no todas, yo trato de ser honesto; por lo general se suele decir lo que él quiere escuchar, para seducirlo o yo que sé. Claro que él no siempre está por la labor de creérselas, pero quien no ha mentido alguna vez, verdad? Muchas despedidas están llenas de promesas vanas. Yo estoy seguro que en alguna de ellas vosotros habéis mentido, que se yo, no pasa nada estamos entre amigos. Quien no haya mentido, quien este libre de culpa, que tire la primera piedra.
Porque las despedidas tienen un protocolo que hace necesario mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone que el amor se acabe. ¿Sabéis que es lo peor del amor cuando se acaba? que se acaba y aun así nosotros intentamos eludir la culpa; y mentimos, y seguimos mintiendo y somos capaces de ir mas allá. Decimos no te preocupes, si yo estaré bien. Yo lo que quiero, lo que siempre he querido es que tú seas feliz. Y además la tía con la que te vas, es una tía de puta madre. Y tú y yo sabemos que no es cierto… que no van a durar más de dos meses, y más con el carácter que tiene él. Y nos estaremos preguntando si la llevará a los mismos sitios a los que te llevaba a ti. Si se dirán las mismas mentiras, si se enojaran por lo mismo, y lo que es peor, si se reconciliaran de la misma forma. Y te quemarás los sesos preguntando que pasará y que ocurrirá, en fin... pero él esta bien. Si él se va, cultivemos el odio, declaremos la guerra, porque no sé, quizás nos sintamos mejor aunque, aunque yo creo que no. Yo creo que como todas las canciones de amor, esta también esta llena de mentiras: cuando decimos si él se va, lo que queremos decir es que si se va, que no sea muy lejos ni por mucho tiempo."

Es amor propio. Es actitud. Es hacerse respetar. Es fuerza de voluntad. Es decisión. Es valorarse. Así me lo dijo ella y así lo sentía yo. Es asumir que querés pero no debes. Esta vez es pensar para no actuar. Es llorar para no hablar.
Es eso que nunca tuviste y aquello que nunca tendrás. Es ceguera. Es capricho. Es rebeldía. Es obsesión. Es prohibición.
Es desear lo indeseable. Es pensar lo impensable. Es negar lo innegable. Es borrar lo imborrable. Es olvidar lo inolvidable.

Qué rápido fue. Qué fácil es. Qué raro va a ser. Sabía que tenía que estar preparada, no hace mucho te lo dije. Y lo estoy, claro que sí. El tema va a ser escucharte. Quizás no sea distinto, tal vez completamente diferente. El asunto va a ser verte, si es que en algún otro momento llego a cruzarte.
No hay mapa que me lleve a buscarte porque sabía que el destino iba a hacer su parte. Estaba segura que ya no iba a haber caminos y no me quejo. Al final a eso me jugué. A eso jugamos.
Qué rápido fue el tenerte. Qué fácil fue querernos. Qué lástima estar tan lejos.

Leyendo alguno de los blogs que sigo, encontré un post que me viene bárbaro para estos días. La autora hizo una wishlist de las cosas que quería para su cumpleaños, para que los seguidores o cercanos le regalen. En su caso en particular, era una cuestión de cábala ya que el año pasado hizo lo mismo y muchas de las cosas llegaron.

En mi caso no es un tema de cábala, sino de comodidad. Estuve pensando que muchas veces regalamos cosas que el cumpleañero ya tiene, o que no le gusta o, lo que es peor, estamos días enteros pensando en el obsequio que al final termina siendo cualquier chucheria que jamás alguien usaría.
Por todo eso es que decidí hacer mi lista de posibles regalos. Agrego que no me parece un punto fundamental el de recibir algo, pero creo que hacer este post es divertido para mí y útil para aquellos que quieran comprarme algo el 1 de abril.

-zapatillas Ponny negras con abrojo
-Cd's: como original no tengo ni uno, pueden elegir entre muchos artistas (Los Piojos, Calamaro, Radiohead, The Kooks, Bersuit..)

-Dvd's: cualquier buen recital de algún cantante que me guste
-manualidades: tener en cuenta que me gusta una sola torta: chocolinas!
-cartera negra chiquita para salir
-musculosa algodón blanca larga (que tape la cola)
-jean
-remeras coloridas / raras

-portacd para más de 40 cd's
-taza
-binchas
-babuchas esas que me gustan a mí

-pasaje a Uruguay (se reciben pasajes en buquebus, colectivo a bsas, colectivo a Montevideo, etc) o en su defecto cualquier aporte económico ja!

Talles:
-jean: 24 (uno más que el más chico)
-remeras / tapados: XS o S
-babuchas: XS
-pies: 36

POR FAVOR ABSTENERSE DE TODA CLASE DE BIJOUTERIE
Aclaración: abrazos, besos y mensajes serán bienvenidos!

Si fuera así de fácil encontrarte. Si fuera así de rápido, de divertido, de viable. Creo que si así fuera no me interesaría tanto, claro está. Lo que sentí siempre es que es un extremo o el otro, jamás al medio. Nunca estable, equilibrado.
¿Tan complicado es? Tan complicados somos. Me adhiero la porción de histeria que me pertenece, pero me demostras que vos no sólo no te adjudicas tu parte, sino que ni siquiera te das cuenta. No está mal, qué se yo. Sino que creí que ya habíamos aprendido a hacernos cargo cada uno de sus cosas.
Tampoco ando por la vida preguntándome si soy o no para vos. Simplemente soy y creo que vos también, simplemente sos. El tema es que ahora somos separados y así seremos.

Volví. Volví en un barco tan lleno de extranjeros como pendejos gritando. En un barco lleno de juegos. En un barco donde justo me tocó el asiento roto. En un barco tan lento que parecía eterno, pero al fin y al cabo volví.
Viernes 5 de marzo desembarqué en Colonia, Uruguay. Allí me esperaba recién bañado. Cena con vista al mar, show en vivo en el boliche, Punta del Este, caminatas, comidas familiares, película, casino, ropa, viajes, viajes y más viajes. Pasamos algo de una hora en Montevideo. Conocí el nuevo aeropuerto, el Centenario de afuera, lo vi a J.P, me mostró la casa de un amigo y su colegio.
Abrí los ojos mi último día allí, me lavé los dientes, prendí la tele, la compu y justo sonó mi celular: “Hola divina, feliz día!....cómo te levantaste?.....deje plata para que te compres algo de comer…” Así que pasé una tarde de ama de casa lavando platos, acomodando ropa y cambiando sábanas. Bo… fue lindo, divertido al menos.
Luego de un fin de semana espectacular en un país “notable” como el Uruguay, me hallo de nuevo en Buenos Aires. Me gusta esto de jugar a que vivo con mi hermana, tener que llevar la ropa al lavadero, hacerme de comer, ordenar mi cuarto y las cosas que deja por ahí Desi, escribir, mirar tele y divertirme sola; pero quizás deba volver a Córdoba.
Después de poco más de diez días, extraño las competencias de canastilla y de poker, las charlas entre amigas, mi patio, mi cama, mi compu; discutir horas por cosas sin sentido con mi hermano, contarle a mi mamá mis cotidianas novedades y escucharlo a mi viejo tararear entre los pasillos de mi casa.
A esperar veinte más. Veinte interminables días más. Tengo la esperanza de que mi nueva facultad me ayude a pasar las horas que faltan para volverlo a ver.

“Has recibido un nuevo mensaje de correo electrónico de F.P.”
Así comenzó esta tan pero tan bella noticia que ahora, debo admitir, un poco me asusta. Leí ese mail entre líneas por la tan marcada ansiedad que me caracteriza. Volví a leer detenidamente y no lo creí, así que por tercera vez releí.
Sí, era para mí. El destinatario estaba bien y por lo visto el remitente también lo estaba. Acto seguido de caer en lo que estaba pasando grité: “mamaaa!!”. Claro estaba que, como todas las siestas, la única persona en casa era ella. Apagué los parlantes y me quedé muda esperando alguna respuesta. Saltó del sillón y vino por el pasillo diciendo el típico “qué, qué, qué pasó?!”. Trató de entender un poco mirando las ventanas que se abrían y se cerraban en mi pantalla hasta que por fin: bandeja de entrada de Hotmail. “Mirá lo que me mandaron! Hola Tefi, ¿qué tal?............. mandame por favor tu CV. Abrazo, F.”
Para qué?! Bombardeo de preguntas y consejos. “Tenes tu CV? Vos tenías uno por ahí que habías hecho. Está completo? Ponele todo eh?! Lo de la revista también mirá que es importante. Y ya le dijiste que empezaste arquitectura? Quizás no haga falta. Le respondiste? No tardes tanto así te contesta ahora, saralala..”
Sí, afortunadamente me llegó ese mail tan esperado: “Estamos haciendo una búsqueda de periodista multimedia en LaVoz”. El medio más importante de Córdoba y el tercero del país.
Cuanta alegría! Cuantos nervios! Cuanta ansiedad!
Cuanto desafío…. Tantas ganas.

Este año quiero leer menos y dibujar más que el anterior. Quiero, aunque abandone mi blog, seguir escribiendo. Quejarme menos y disfrutar más. Ser constante en el gimnasio. Me gustaría de una vez por todas seguir con el inglés. No dejarme estar con las entregas. Me encantaría dormir mejor. Hacerme el hábito de volver temprano de bailar. No recordar absolutamente todas las noches enterito mi sueño. Deseo dejar de pensar cuando quiera dejar de pensar y volver a recordar cuando se me de la gana. Jugar más a las cartas con mis amigas. Ir más seguido al cine. Anhelo trabajar mi fuerza de voluntad. Sentirme orgullosa de mi misma luego de diez horas. Viajar más. Charlar más con mi viejo.
Quiero volver a ser la autodidacta que fui algún tiempo atrás. Empezar clases de padel o de tenis y no faltar por lo menos en dos meses. Verlos más a mis abuelos. Tomar más agua. No hablar tanto. Extrañar menos. Empezar a ver películas sola. Me gustaría volver a andar en rollers. Hacerme adicta a alguna serie. No querer hacer todo y al mismo tiempo. Aprender a relajarme. Me encantaría este año tener muchos desafíos. Tener más seguridad. Caminar sola por la calle sin mirar para atrás. Disfrutar de todo lo bueno que estoy viviendo. Creer más en mí. Deseo tentarme hasta llorar. Hacer fiestas entre amigas.
Quiero no perder contacto con algunas personas. Quiero olvidarme de otras. Quiero no cambiar mi esencia. Quiero visitarla más a mi hermana. Quiero seguir tomando coca con amigos. Quiero. Quiero. Quiero.. quiero seguir así de contenta.

Mi hoja un blog comenzó siendo una tarea para regularizar una materia. Si bien ya había pensado en abrir mi bitácora, como de costumbre, me dejé estar. Ahora acá, luego de casi un año, festejo su reapertura. Vuelvo sin saber con qué ni porqué, pero se ve que Buenos Aires tiene ese qué sé yo que me hace escribir.
Finales. Amigas. Amores pasajeros. Arquitectura. Fiestas. Reencuentros. Romances de verano y no tanto. Despedidas. Vacaciones. Fue eso el resumen de mi ausencia por aquí.
Para mis poquitísimos pero fieles seguidores, volví. No sé si con tantos enredos sentimentales pero volví.