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De quererte menos

Posted by Tefi Cabanne on 25.1.13


Venía a escribirte.. a decirte que tenía que dejarte ir aunque sea por un momento. Olvidarte un rato para volver a vivir libre. Y cuando me quise dar cuenta estaba buscando pasajes de avión para el fin de semana que viene. ¿Por qué? Tengo que borrarme. Tenes que irte. Todo en la vida vuelve y estoy a punto de enloquecer.
Lo que te extraño es “abuso”. Si no debo enroscarme entonces no me digas todo eso. Por favor te lo pido, te lo advierto, no me digas. Aunque quizás mañana no te hagas cargo de lo que eso genera, por favor no me digas. Porque aunque me guste jugar, no es lo mismo que juegues conmigo. ¿O acaso es lo mismo que lo digas vos a que lo diga yo? Te ruego no sigas, no si por lo menos querés salvarte.

Sigo completamente presa de mis pensamientos, de mis deseos, de mis sueños, de mis ganas y de todo. Lo que toques, digas, escuches y sientas… de todo eso sigo presa y hasta me duele. Porque creo sentir un vacío que no hace nada bien. Necesidad y más que necesidad, urgencia! De tenerte, besarte, hablarte, abrazarte, tocarte.
Y claro, como si estuviera programado apareces. Como si nada, apareces. Qué ganas de quererte menos, de desearte poco, de extrañarte nada.

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Carta de fin de año. Principio de vida.

Posted by Tefi Cabanne on 10.1.13

Quiero aclarar antes de que empiecen a leer, que ésto se me vino a la mente hace unos minutos, 31 de diciembre a la 1 am. Necesito decirles que es PURA Y EXCLUSIVAMENTE una opinión personal. No pido respuestas, halagos, ni discusiones; sólo hacer saber desde donde estoy parada hoy mirando a la vida y al mundo.

Estamos a horas de terminar un nuevo año y a unas horas y unos minutos de empezar el 2013. Nueva etapa que, en mi vida personal, se vienen muchisísimos cambios. Todos buscados y cada uno de ellos remil pensados. Estuve 24 años y 8 meses para decidir cual era realmente mi “porqué”, mi sueño, mi más profunda pasión, mi razón de vida y mi próposito diario. Después de un largo y productivo viaje, puedo decir que estoy completamente segura de qué quiero y –lo mejor- de lo que NO quiero. Gracias a mi familia, amigos y varias otras personas, es que puedo sentarme un 31 de diciembre a escribir frente a mi compu todo esto con muchísima convicción. Gracias a todos ellos y por supuesto gracias también a mí; que tomé la decisión de querer arriesgar, luchar, emprender, soñar, vivir y ser feliz.

Quisiera –y me tomo el atrevimiento- de contarles un par de cosas que reflexioné en mi viaje y que sigo pensando cada día. Asuntos que son los que realmente me importan (y creo que son los que deberían importarles a TODOS). Muchos de estos pensamientos les parecerán obvios, algunos super conocidos y otro tanto una locura; pero insisto en que es pura y exclusivamente una opinión personal.
Por más fácil que sea la teoría, habría que empezar a poner en práctica todas aquellas pequeñas cosas que creemos que no tienen valor. Habría que acostumbrarnos a repetir a menudo palabras como por favor, permiso, perdón, gracias y te quiero. Les parecerá una pavada pero muchas veces al estar implícito el favor, la disculpa, el agradecimiento o el cariño se nos olvida decirlo explícitamente. Vivimos en tiempos en que nos equivocamos en la manera, en la forma. Vivimos por vivir y sentimos porque HAY que sentir. “Trata a los demás como quieres que te traten a ti mismo” es una gran verdad pero poco la profesamos. Queremos enseñarles a los niños buenos modales cuando ellos mismos nos ven discutir, pelear y faltar el respeto. Pretendemos instruir con palabras y no con actos, algo que me parece que no existe. Siempre, y creo que mucho más esta generación, entendemos o creemos cuando vemos, cuando comprobamos. Ver la bronca, la ira, la maldad y el malestar permanente en el que estamos sumergidos como sociedad de “gente grande”, hace que la nueva generación aprenda lo mismo. Provocamos que los más enanos mamen maltrato, gritos, egoísmo, mediocridad y quejas. Esperamos por lo general ver cómo nos tratan para tratar de la misma manera, cuando debería ser al revés. Empezar nosotros mismos a ser respetuosos, agradecidos, humildes, cordiales y cariñosos para que lo sean los otros. La energía positiva que va, siempre vuelve; y ojo porque la negatividad se rige por la misma regla: TODO lo que va, vuelve.

Si bien aún no soy mamá, aprendo y me siguen enseñando mucho como hija y tía, por lo que quisiera decirles a los padres que –como he leído alguna vez- no se olviden que también fueron niños. Recuerden que todo lo que ustedes ya vivieron, quizás menos o quizás más, sus hijos también lo quieren experimentar. No los acorralen, no los ahoguen, no los sobreprotejan. Déjenlos ser libres en la justa medida que ellos mismos aprenderán. La vida, aunque muchas veces sea injusta, es completamente sabia y tienen que aprender a confiar en ella. Les pido por favor que no los llenen de miedos, no les transfieran sus dudas, no les coarten sus sueños. Permítanles ser ellos mismos y no una prolongación de ustedes. Libérelos de esa presión de “el deber ser” para que puedan vivir tranquilos con “el querer ser”. Anímenlos, motívenlos, libérenlos, ayúdenlos, apóyenlos, aménlos… que ellos mismos (como ustedes) encontrarán o crearán su propio camino –a la larga o a la corta-.
Inculquen la idea y el sentimiento de amistad, trabajo, pasión, educación, sociabilización, amor, respeto, ejercicio físico y salud; pero les pido que para eso prediquen con el ejemplo en todas y cada una de las cosas que quieran enseñar. Creen juicio e instruyan en el cuidado del cuerpo, la mente y el alma.

Hoy, a casi 22 horas del comienzo de un nuevo año, espero que cada día seamos más los que empecemos a valorar las pequeñas grandes cosas, los pequeños grandes gestos. Sinceramente tengo esperanza de que este cambio de energía –que en teoría se produjo entre el 21 y el 23 de diciembre- les tocó en el fondo a muchos. Anhelo de verdad que este 1 de enero de 2013, con cada brindis pidan un deseo. Que con cada abrazo, den un pedacito de ustedes para que ese otro alguien que lo reciba se sienta querido puramente. Que con cada sonrisa brinden alegría y felicidad a muchos. Que con cada beso, entreguen amor verdadero. Que con cada mirada, regalen palabras. Que con cada gesto, ofrezcan ayuda a cada persona que entre a sus vidas; porque algunos no saben pedirla –pero tengo la certeza de que todos la necesitan-. Que con cada pensamiento, construyan un sueño y que con cada sueño, logren algo que realmente les llene adentro.

Feliz 2013.
Feliz nueva etapa.
Feliz nos hará el cambio.
Feliz será todo aquel que se proponga a cumplir las cosas que le pide su alma.

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